Virginia Téllez, profesora de Tapas del Grado Medio en Cocina y Gastronomía lleva varios años realizando este concurso interno de tapas entre los alumnos de 2º curso.
Para ellos es el colofón, el broche final con el que se les evalúa si realmente han conseguido aprender a hacer tapas de manera profesional.
Las tapas, todo un arte gastronómico
España es un país de tapas y Valladolid más, llegando a denominarse «Ciudad de la Tapa». Por eso, este concurso cobra más valor para nuestros alumnos de Cocina y Gastronomía. Además de poner a prueba su pericia para conseguir combinar distintos sabores de manera correcta, también se evalúa su creatividad y presentación.

Aprender a hacer tapas de verdad no es tarea sencilla, la tapa ha de poder tomarse en dos o tres bocados como mucho, preferiblemente con la mano y ha de ser lo suficientemente ligera como para poder probar varias y no quedar satisfecho.
Además, esta cocina en miniatura tiene el hándicap de poder definirse de manera artística. Algunos alumnos del Grado Medio han tomado adecuadamente esta idea haciendo referencia con sus tapas a sucesos históricos o elementos culturales.
Variedad y creatividad con 3 ingredientes obligatorios
La lubina, el brócoli y cebolla roja han sido los tres ingredientes obligatorios para esta final. En la fase anterior se clasificaron 8 alumnos de los 16 presentados.
Sus tapas han sido:
Fondo Marino, Lubina a tres colores, Paseo por el mar, Mirada salvaje, Bomba marina, Normandía, Mare Freddo y Dos bocados.

La ganadora ha sido Mirada salvaje de Pelayo Arroyo y el segundo premio se lo ha llevado Lydia con Lubina a tres colores, un ceviche delicioso.

¡Enhorabuena a los dos y gracias por vuestro esfuerzo! Enhorabuena a todos los participantes. Seguro que con esta iniciativa práctica de evaluación han afianzado conceptos aprendidos durante todo este curso.