A mediados de junio el gobierno español presentó el anteproyecto a la nueva ley FP. Será una ley orgánica por la que se regirá la Formación Profesional en el futuro. Aunque el texto podrá sufrir modificaciones durante su tramitación, parece que no serán significativas, ya que las principales organizaciones empresariales y sindicales han dado su visto bueno añadiendo algunos matices.
En este artículo nos proponemos hacer un breve análisis del anteproyecto destacando sus puntos positivos y algunos matices que podrían mejorar.
Primer objetivo de la ley: unificar la gestión del sector de la formación
La nueva ley FP quiere unificar este sector dividido hasta ahora en dos estructuras: la formación profesional reglada dentro del sistema educativo y llamada «Formación para el empleo», destinada a trabajadores adultos. Esta formación dependía hasta ahora del Ministerio de Trabajo. Con esta nueva ley FP pasaría a depender del Ministerio de Educación.
Según el gobierno, España necesita trabajadores con cualificación intermedia. Las investigaciones realizadas arrojan datos que nos dan luz al respecto: en 2035 aproximadamente la mitad de las ofertas de trabajo requerirán un título de técnico. Actualmente en España tenemos exceso tanto de personas con titulación inferior como de titulados universitarios.
Además, se ha observado que parte de los trabajadores técnicos no tienen ningún tipo de titulación. Ante este problema, la ley propone varios niveles en la FP para que todos, por su experiencia laboral, puedan acreditar sus conocimientos y conseguir un título oficial. También apuesta por las «microformaciones» lo cual facilita que cualquier trabajador activo pueda formarse en aspectos específicos y técnicos de su profesión y conseguir una acreditación oficial.
Formación profesional 100 % Dual
El texto plantea que toda la formación, tanto en las «microformaciones» como en los máster, sea dual. Entre el 20 % y el 50 % de la duración total de la formación será prácticas en empresas.
Esta idea es fantástica y desde la Escuela ya hemos realizado proyectos de FP Dual, solamente dudamos del tejido empresarial español para acoger al 100 % de los alumnos en prácticas duales: durante un periodo más largo y de forma remunerada. Quizá un acuerdo entre la Administración pública y las empresas, otorgando algún tipo de beneficio a estas, sería una idea interesante para hacer posible esta FP 100 % Dual.
Variedad en la oferta educativa
En la nueva ley FP se habilitará un Catálogo de Ofertas de Formación Profesional, que incluirá todos los cursos de FP disponibles. Estos se dividen en cinco grupos, de la A a la E, según su duración y complejidad. Cada uno dará lugar a un título diferente. Los de tipo A y B están encaminados a obtener un Certificado de competencia, que acredita haber aprobado un módulo profesional. Los de tipo C, haber superado varios módulos, y dan lugar a un Certificado de Profesionalidad. Ya en el nivel C parte de la formación se tendrá que realizar en la empresa.
En la formación tipo D, los Ciclos Formativos Básicos, Medios y Superiores, que abarca a la mayoría de estudiantes de FP, también la formación será dual. Los de tipo E se llamarán Cursos de especialización, con el objetivo de aportar una formación más específica a los titulados como técnicos y asimilarse a los «masters» universitarios. Durarán entre 300 y 800 horas. En estos casos, la ley recomienda que estos cursos sigan un enfoque dual, aunque no se obliga.
El papel fundamental de las empresas en esta nueva ley FP
Si el anteproyecto de ley otorga un papel tan importante a las empresas, haciéndolas responsables de casi el 50 % de la formación de los estudiantes de FP, también tendrá que tener en cuenta las necesidades de las mismas, no solo de los estudiantes. Otorgar ayudas o premiar de alguna forma su colaboración con la formación de los futuros técnicos.
Ciertamente, se trata de una inversión a medio- largo plazo para la empresa, ya que al responsabilizarse socialmente de la formación de estos estudiantes, labra el futuro de su plantilla, tiene la oportunidad de formarles en los procesos propios de la misma y ahorra costes de formación en los futuros empleados.
En conclusión, aunque nos hemos centrado en la propuesta de FP Dual de esta nueva ley, sí pensamos que abarca un amplio abanico de mejoras e innovación en la Formación Profesional. Esperamos que su aplicación sirva para prestigiar esta formación en la sociedad española e igualar su calidad a otros países de la UE.