Elena Sánchez, nuestra profesora del módulo de Primeros auxilios en el ciclo superior de Educación Infantil, ha estado realizando un voluntariado en Uganda. A continuación, compartimos la enriquecedora experiencia de Elena bajo sus propias palabras.
Voluntariado en Uganda, por Elena Sánchez
Del 29 de junio al 21 de julio, he tenido la suerte de vivir una aventura increíble en Uganda.
Cuatro profesionales y 14 estudiantes hemos podido compartir esos días con un grupo de estudiantes de Uganda que nos han ayudado y guiado durante todo este tiempo. Sin su ayuda no hubiera sido posible conocer las necesidades reales de la gente, sus costumbres y su cultura.
Por las mañanas hemos colaborado en un colegio de Primaria, impartiendo clases y haciendo talleres con los niños. Clases de matemáticas, geografía, higiene y primeros auxilios; también de inglés pues para ellos es un instrumento imprescindible para poder forjarse un futuro.
También hemos impartido clases de primeros auxilios en un centro de formación para la mujer en Entebbe: Pearlcrest Hospitality Training Institute, donde se les capacita para obtener un diploma en Catering y Gestión de Alojamiento. La formación es un instrumento imprescindible para facilitar a estas mujeres una capacitación y un medio de vida.
Antes del viaje, gracias a la generosidad de mucha gente, hemos podido recoger material escolar y sanitario, que hemos repartido en varios centros educativos y asistenciales de la zona. También ropa y equipaciones deportivas.
Como dos de las asistentes somos enfermeras, hemos organizado varios dispensarios médicos para las familias de los niños y niñas, de distintos colegios. Otra de las profesionales es óptico, y ha podido hacer también revisiones de la visión y graduaciones de la vista. Llevábamos gafas con distintas graduaciones y gafas de sol que han sido de gran ayuda.
Con el dinero que llevábamos desde España, gracias al soporte de la Fundación Kumen, hemos repartido comida, pastillas potabilizadoras del agua y material de primera necesidad a 150 familias, a dos orfanatos y a un hospital de oncología infantil, donde llevamos también gran cantidad de medicación y material sanitario.
Han sido unos días inolvidables, en los que nuestra ayuda parecía una gota de agua en el océano, pero el agradecimiento de la gente y la felicidad que nos han transmitido, nos han dado fuerza cada día y nos hace estar ya soñando con volver el año que viene.